Camuñas: Reseña del cuento de Margarita del Mazo, por Tamara Sastre
Seguimos con nuestras reseñas de cuentas de la mano de amigas colaboradoras, y hoy es el turno de una de nuestras escritoras favoritas: Margarita del Mazo, con su maravilloso, sorprendente y divertido cuento “Camuñas”.
El Coco, el Hombre del Saco o El tío Camuñas son personajes terroríficos de la fantasía popular que odian a las niñas y niños y se los quieren llevar. Estas figuras han sido utilizadas por los padres para provocar miedo en sus hijos durante décadas, cuando no obedecían.
Margarita del Mazo da un giro a la historia y ayuda a hacerse fuerte frente a esos brujos pirujos que nos vienen a atormentar en la noche.
En la portada de este álbum ilustrado un personaje verde y algo descuidado nos mira de frente, está asustado, dudoso… ¡y tiene las uñas muy largas! Camuñas vive en el bosque, donde se encuentra lo desconocido, en una casucha vieja. Al principio se nos presentará asomado a la puerta de su hogar, se muestra feliz e incluso inocente, pero una noche de luna llena sale de casa corriendo para cazar infantes. Al acercarse a un pueblo ve en una ventana a la astuta Blanca, una niña que está a punto de irse a dormir.
Ágil y sigilosamente, Camuñas sube a su habitación y al escapársele un pedo, despierta a la niña que sonríe, iniciando y dirigiendo un sorprendente diálogo. Ella no tiene miedo y además, está dispuesta a mofarse del aspecto desaliñado de su incursor. Poco a poco la compostura del brujo mermará y dudará de su aspecto físico del que no era muy consciente.Blanca, sin salir de la cama en ningún momento (en su propio terreno) y con gran temple y descaro, le disuade de comer niños, ¡incluso se atreve a ordenarle irse a dormir!
Mermada su autoestima y su fiereza huye de nuevo a su casa en el bosque. Una vez allí, se mira al espejo y la percepción que tiene de sí mismo cambia.
Empoderando a la infancia, la autora nos hace ver que somos nosotros mismos los que podemos controlar nuestros miedos, nuestra imaginación. Podemos enfrentarnos al brujo, hacerle pequeño, cualquier aventura desagradable tiene grietas que nos pueden ayudar a salir de la situación.
El texto envía un importante mensaje de valentía, en contra de lo que se venía haciendo con la infancia a la que se le atormentaba y llenaba de miedos infantiles imaginarios, creando un relato hilarante que hará de la lectura algo divertido y siendo el humor el gran aliado de la escena.
Las ilustraciones de Charlotte Pardi son perfectas, ya que aporta imágenes desenfadadas de líneas desiguales y ambientes despreocupados.
Como en casi todos los cuentos infantiles un final feliz, donde se fomenta la amistad y el apoyo, siendo Blanca la que ayude a Camuñas a ser un poco más aseado. Una vez más, la protagonista como líder de su propia situación.
Texto escrito por Tamara Sastre, síguela en Instagram.
Editado por OQO.
