“Un año en el bosque”: un viaje en el tiempo por los ecosistemas

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“Un año en el bosque” de Emilia Dziubak, reseñado por Jessica Vázquez González.

Seguimos con las reseñas de cuentos, en esta ocasión, estrenando colaboradora: Jessica Vázquez González, quien nos va a degranar la belleza del libro “Un año en el bosque”, de Emilia Dziubak. ¡A disfrutarlo!

A pesar de las clasificaciones de historias dentro de la literatura infantil o juvenil, lo cierto es que los libros son para todxs, para poder  disfrutarlos solos o en familia.

“Un año en el bosque”, de Emilia Dziubak, es uno de esos libros, realizado en cartoné, con páginas a doble cara en donde se nos muestra de forma minuciosa y muy cuidada la misma escena de un bosque a lo largo de los doce meses del año. 

Casi podríamos hablar de una especie de secuencia cinematográfica en la que las estaciones y los meses se van sucediendo.

Es el mismo escenario pero lejos de ser monótono o aburrido, solo tenemos que pararnos a observar todo lo que ocurre, los cambios que suceden con el transcurrir de los meses en los que podemos observar el ecosistema y aprender sobre él.

En la primera página del libro se nos presenta a modo de índice las ilustraciones de cada uno de los animales que luego serán los protagonistas de esta historia. 

Junto a ellos, un pequeño texto a modo de presentación en el que cada animal habla en primera persona y nos cuenta algún dato curioso sobre sí mismo.

Por ejemplo, el oso pardo se presenta como  “uno de los habitantes más grandes del bosque. Como hierbas, setas, peces, insectos y miel. En invierno hiberno en mi madriguera.”.

El alce, por su parte, nos cuenta “Solo puedes verme en los bosques  nórdicos. ¡Las astas son mi gran tesoro y me da miedo perderlas!”

“Un año en el bosque”: las ilustraciones como forma de observación

El hecho de que después de esta presentación el libro se centre solo en la ilustración omitiendo cualquier tipo de texto, lejos de dificultar su comprensión, fomenta el desarrollo de la observación en los niños y niñas.

De este modo vemos el transcurrir del tiempo, la vida en el bosque, comenzamos en el mes de enero con un escenario cubierto por la nieve, pero según vamos pasando páginas vamos apreciando los cambios.

Por ejemplo en octubre, los colores otoñales lo inundan todo, los animales recolectan alimentos antes de la llegada del invierno, las setas han salido y los excursionistas se acercan a los bosques.

Esto genera conflictos con el guardabosques, otro de los protagonistas de esta historia, en el que en cada página vemos que su vida, lejos de ser tranquila, siempre está llena de emociones como cuando se pelea con las abejas.

En la página final del libro, encontramos también a doble cara un laberinto, en el que tenemos que ayudar a los animales a encontrarse.

Como comentamos al principio, esta maravilla de libro, con unas ilustraciones detalladas y una estética muy cuidada, es un canto a la naturaleza, el amor al bosque, a los animales que se refleja en cada escena. 

La editorial SM ha publicado una joya de libro con el que la infancia y los adultos podemos aprender sobre la importancia del ecosistema y a conocer la naturaleza que nos rodea, algo fundamental en estos momentos.

Como bien dice el oso en la contraportada de este libro ¡Nos vemos en los árboles!

Texto de Jessica Vázquez Gonzáles, síquela en Instagram

SINOPSIS: ¿Dónde se esconden los animales del bosque? ¿Quiénes se llevan bien y quiénes se enfrentan a diario? ¿Cuáles hacen vida de día y cuáles de noche? ¿Cómo logran sobrevivir al frío? ¿Qué especies se emparejan para siempre y cuáles solo en época de cría? Las respuestas a todas estas preguntas están en las ilustraciones. Un año en el bosque muestra el mismo escenario durante los doce meses del año para que los niños descubran este ecosistema y sus habitantes en diferentes momentos y situaciones.

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