Por qué no me gusta el Monstruo de colores

Hoy quiero compartir contigo por qué no me gusta el cuento “El monstruo de colores”, un cuento que ha sido súper utilizado en educación infantil en los últimos años.

Si bien, no podemos negar que ha aportado mucho a la hora de concienciar a las personas adultas sobre la importancia del acompañamiento emocional en la infancia, hay demasiadas cosas que nos chirrían y que por eso, no podemos recomendar como lectura de literatura infantil respetuosa.

Te contamos por qué no nos gusta el cuento “Monstruo de colores” en este reel de instagram, pero también puedes leerlo a continuación.

Es un “cuento para”

Aunque resalta la importancia de la educación emocional, es un cuento “sobre emociones” y no que emocione. Y ahí, ya empezamos mal. Los cuentos deben tener valor por sí mismos, no nos gustan los “cuentos para”.

No promueve una expresión emocional adecuada

En el cuento, cada emoción tiene un color: la alegría es amarilla, la tristeza es azul, el enfado es rojo… Pero, ¿no puede cada persona asociar los colores de forma diferente? Además, el libro no favorece el desarrollo de un vocabulario emocional sólido. He visto niños que, en vez de decir “estoy enfadado”, dicen “estoy rojo”. Esto puede confundir más que ayudar.

Las emociones no son incompatibles

Otro problema es que sugiere que las emociones “no pueden estar revueltas” y deben ordenarse, cuando en realidad podemos sentir emociones diferentes al mismo tiempo. Somos seres complejos, y nuestro mundo emocional es igual de complicado.

El cuento acaba con un topicazo: el amor romántico.

Por último, sugiere que el monstruo se enamora de la niña que le ayuda, lo cual puede ser confuso para los niños pequeños, ya que a su edad no entienden el amor de esa manera.

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